Un cuarto vacio lleno de calor, sin
sonido alguno alrededor, las miradas entrecruzadas dicen más que mil poemas de
amor. Las imágenes de los fugaces besos carecen de color... Y sin embargo, todo
es cálido dentro de la vorágine en que nos perdemos.
La timidez es ya solo un
recuerdo. Sentir la emoción de lo cuasi prohibido, hace latir más fuerte el
pecho...
Tus labios rozando los míos, mis manos recorriendo lentamente tu
espalda... Pequeños trozos de paraísos perdidos y encontrados, emergen
alrededor para llevarnos a un lugar distinto.
¿Sientes esto que yo siento?...
Te mueves en mí contestando mis dudas. Somos uno solo compartiendo más que
sentimientos.
Tu voz rompe el silencio... Temerosa, mi voz devuelve la calma: