¿Por qué es tan difícil
olvidar algo que nunca se tuvo?... ay!
Sabina tenía razón: “No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás
existió”. Algunos ni siquiera saben quién es Sabina, de seguro piensan “ha de
ser un argentino quizás”. Esto es como comer cualquier tipo de carne
desconocida y decir que sabe a pollo… Lo admito, doy vueltas al asunto por no
querer aterrizar.
La vida se me va y viene con cada
respiro (esto me recuerda a como
observaba el mundo con cada pestañear tuyo).
No sé… ¿por qué no lo acepto?... Definitivamente creo que estoy cruzando un duelo amoroso:
No sé… ¿por qué no lo acepto?... Definitivamente creo que estoy cruzando un duelo amoroso:
Fase 1: negación. Pero no lo
niego, es solo que no lo asimilo.
Fase 2: ¿aceptación? Pero no lo
rechazo, es que no me acostumbro.
Fase 3: ¿masoquismo?...
Me doy.
Escribo esto mientras una gata
hace ruidos extraños en mi techo (de seguro así suena mi alma en estos
momentos que atravieso un post – rompimiento imaginario)… pues si! Nada paso…
pero eso es algo y eso me duele.
No sé cómo explicarlo, pero quien
ha pasado por eso… me entenderá.
Necesitaba desahogarme de
una u otra manera, así que hice lo que
mejor sé hacer: escribir.
Son las 0:16 am del 18 de febrero
de 2013. Mientras muchos duermen, yo lloro con mi lápiz y papel.
Si leyeron algo bueno, que bien,
pues hoy no vengo con la inspiración a flor de piel… ni flor está y la piel
si está… pero seca por estos vientos.
La gata se ha callado, así que mi
alma puede descansar en paz… por hoy.
Calabaza, calabaza cada quien
para su casa… pero ya yo estoy en mi casa… entonces…
indio comido al camino (escucho a
los gatos irse de mi techo… por lo menos ellos se hartan…)
… yo sigo a dieta.