Entonces callo, medito y miro hacia atrás. Él camina de la
mano con alguien más. No me molesta, no me perturba. Ella me agrada pero él
para mí es un “no sé qué”. Él es magia.
Nuestros caminos no se cruzan pero tampoco se separan… él lo
sabe. Su mano puede estar junto a la de ella, pero nuestro universo es otro. Quizás
nunca sea él a quien vea al despertar de un nuevo día, quizás no sean sus labios los que bese por
última vez, quizás no son sus caricias las que recorrerán mi espalda al
anochecer… quien sabe… pero ahora él es mágico… y sé que en su vida no soy una
más.
Estamos destinados a estar enamorados imposiblemente. Nuestro
futuro no es incierto, él siempre será parte de mí. Lo extraño… y mucho que lo
extraño. Su sonrisa, sus ojos grandes, sus rectas pestañas pero sobretodo su
mirada cuando le hablo… cuando nos hablamos de las cosas que quizás no viviremos juntos.
Callo de nuevo y miro hacia adelante. Él siempre va a estar ahí.
Él es magia, y esto es mágico. De alguna manera siempre estaremos juntos. Y eso
me encanta.
Para E.P.
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